Las diseñadoras portuguesas Joana Montez y Patricia de Melo forman una colección de vestidos de novia románticos y de primera calidad que han sorprendido por su serena sencillez. Con la importancia en los detalles como principal característica de la línea, las siluetas fluidas y las faldas con movimiento se han sucedido una tras otra creando diseños con discretos escotes. Palabra de honor, tirantes anchos y alguna concesión a las asimetrías se han presentado sobre tejidos drapeados, plisados y encajes. Gracias al juego de superposiciones y transparencias, aún prescindiendo de los volúmenes más marcados, las novias han mostrado un look de aire vintage, con cierto sabor nostálgico. Los cinturones de raso en gris, los velos rematados en encaje y las espaldas abotonadas han completado una colección en la que el blanco roto ha estado más presente que nunca.
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